Vivimos en una sociedad hiperconectada, pero ya no son solo los smartphones u ordenadores, sino que ya son todos los objetos cotidianos que forman parte de nuestro día a día; cocinas que se apagan o encienden a distancia, coches que aparcan solos, lavabo que se limpian solos, jardines que se iluminan cuando oscurece, entre muchos otros. Estamos hablando del Internet of Things.
¿Qué es el Internet of Things?
El Internet de las Cosas o Internet of Things (IoT) en inglés, es un concepto que surge de la necesidad de definir las interconexiones digitales de los objetos cotidianos con Internet, para convertirlos así, en objetos inteligentes.
Este término fue utilizado por primera vez en 1999 por Kevin Ashton, un investigador del MIT, mientras él y sus compañeros estaban realizando estudios sobre radiofrecuencia y tecnologías de sensores. Y es que desde hace 30 años que se está hablando de hacer los objetos cotidianos un poco más interactivos. De aquí surge la idea de las Smart Cities.
La clave de su funcionamiento está en convertir objetos “normales” en objetos inteligentes, permitiendo que se conecten a Internet para ampliar sus funciones. Por ejemplo, una lavadora es capaz de dejarte la ropa limpia sin esfuerzo, pero por ejemplo, una lavadora inteligente permite ser programada a distancia para poder utilizarla incluso cuando no estamos en casa, así como, recoger estadísticas sobre el uso que le damos para que sea más eficiente.
Al igual que las lavadoras, existen cientos de objetos que se pueden convertir en objetos inteligentes gracias al Internet of Things. La finalidad de estos, es crear una red en la cual muchos usuarios estén utilizando objetos inteligentes para poder obtener grandes cantidades de datos (Big Data) que nos ayuden a optimizar el comportamiento de ciudades enteras. Por tanto, consiste en la conexión de dispositivos entre sí vía Internet compartiendo múltiples datos.
¿Para qué sirve el Internet of Things?
Sin duda, el Big Data y el Internet of Things tienen gran relación, puesto que los sensores implementados en los denominados objetos inteligentes permiten recopilar y generar constantemente datos que, analizados de forma correcta permiten, tanto automatizar procesos en la gestión del negocio como tomar decisiones basadas en situaciones y comportamientos reales. Vamos a poner unos cuantos ejemplos.
Imaginemos que tenemos un comercio. Poner sensores en puntos estratégicos de la tienda, nos permitirá obtener información a tiempo real de los clientes, es decir, cuántos hay, qué producto les interesa más según la zona de la tienda por la que se muevan, entre otras muchas cosas. Pero, ¿de qué nos sirven estos datos? Por ejemplo para poner ofertas para cada cliente y que esté las pueda visualizar en su dispositivo móvil, enviar promociones segmentadas según los intereses del cliente, realizar pagos sin necesidad de pasar por caja, etc.
El Internet of Things también puede mejorar la gestión de almacenes. Por ejemplo, poner un sensor en una estantería puede servir como aviso en caso de que el producto que había en dicha estantería se haya agotado, de esta manera, podremos pedirlo o reponerlo al instante.
Otro ejemplo sería en las empresas de logística. Estas, pueden obtener información de cada una de las fases de un envío, así como, todos los procedimientos que intervienen, ya sea para la distribución, embalaje, llegada de las mercancías, etc. En este caso, estos datos no solo nos servirán para mejorar la satisfacción del cliente, sino también para disminuir costes, como por ejemplo detectando las rutas más rápidas.
El Internet of Things también puede servir para el mantenimiento de instalaciones o máquinas. Un ejemplo serían las luces que solo se encienden solo cuando detectan movimiento. Además, los sensores, también pueden servir para avisar que una máquina u objeto no está funcionando de manera correcta justo antes de que se estropee.
Estas son solo algunos de los muchos usos que tiene el Internet of Things, pero sin duda, nos va a facilitar la vida.
Beneficios del Internet of Things para las Pymes
El Internet of Things cada vez es más popular, no solo en grandes empresas, sino también en Pymes donde ya se están empezando a realizar inversiones importantes. Según un informe de IDC, se prevé que en 2020 se alcancen casi los 23.000 millones de euros. Esto se debe al impacto que tiene la introducción del Internet of Things, ya que permite facilitar la automatización de procesos, reducir gastos operativos o incluso mejorar la experiencia y satisfacción del cliente/usuario.
El IoT se ha empezado a utilizar en el sector industrial, como por ejemplo en los procedimientos logísticos, pero también puede usarse para otras aplicaciones B2B y B2C en otros sectores de mercado. Disponer de objetos o máquinas conectadas entre sí permiten generar información relevante para crear instalaciones inteligentes como por ejemplo fábricas, oficinas, comercios entre otras.
Cómo implementar una plataforma IoT segura
El Internet de las Cosas o Internet of Things no es un sistema que se enchufe y ya funcione, sino que es necesario implementar una arquitectura TI, por tanto, entran en juego factores como el hardware, software y la red de comunicaciones.
En caso de que queramos implementar una nueva estrategia de negocio basada en la IoT necesitaremos la ayuda de una empresa especializada en desplegar infraestructuras TI. Actualmente, y con el notable aumento de la IoT en distintas empresas, existen múltiples propuestas para implantar fácilmente una plataforma de conectividad IoT.
Una recomendación es que cuando implementamos sistemas IoT tengamos muy en cuenta la seguridad de los dispositivos, para evitar posibles problemas, puesto que se trabaja con datos. Un problema grave podría ser la vulneración de la Ley de Protección de Datos, o el robo de datos. Por tanto, la ciberseguridad es imprescindible.
El Internet of Things supone un gran avance en la Transformación Digital para las empresas, ya que supone la creación de nuevos y mejorados modelos de negocio.
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